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viernes, 18 de abril de 2008

Crisis periodística

Siguiendo con la tendencia de posts anteriores, me veo preocupado por el destino al cual estamos llegando los argentinos. O mejor dicho, por el destino al cual nos quieren hacer llegar.
En los últimos días me quisieron hacer creer que el gobierno se había peleado con el Grupo Clarín: primero veo personas con carteles que decían, entre otras cosas, TN Todo Negativo en el acto de la presidenta; a la noche veo "A dos voces" (si, si, es el programa de TN; lo aclaro para los desprevenidos que generalmente escuchan en la boca de Marcelo Bonelli: "A do´ voce´" y no se dieron cuenta que era el mismo programa) y encuentro que Luisito D´Elía gritaba: "hay que desmonopolizar al Grupo Clarín", y muchas cosas más. Personalmente, considero que este movimiento es consecuencia de una de las reiteradas acusaciones del campo. Puntualmente que Gustavo Sylvestre es el vocero presidencial. Por supuesto que ni el gobierno, ni el Grupo Clarín podían quedarse de brazos cruzados teniendo en cuenta que la credibilidad del primero estaba (y esta) cayendo cada vez más, y que la "credibilidad" del segundo estaba por derrumbarse.
Como todo lo que tiene que ver con el gobierno, este movimiento carece de todo tipo de credibilidad en mi opinión. Sin embargo, no es mi objetivo hacer una evaluación del gobierno sino concentrarme en el otro actor involucrado. Es decir, (ampliando un poco más el debate) la prensa.
En primer lugar vemos desde hace muchos años que quien domina el cuarto poder es el Grupo Clarín, y que sus principales figuras en lo que a política y economía se refiere son Gustavo Sylvestre y Marcelo Bonelli, respectivamente. Uno debería esperar que los principales críticos sean notables profesionales. Me refiero a que deberían tener conocimientos superiores al promedio de la población para que, además de informar, puedan educar. Por supuesto que ello es casi imposible si consideramos que uno de ellos no pronuncia las "s".
De esta manera, estamos realmente complicados dado que Grupo Clarín tiene demasiada llegada al público (diario Clarín es el que más tirada tiene en Argentina, por ejemplo). Más grave aun es que ese periodista, que díficilmente puede hablar, hace poco escribió un libro que resultó ser best- seller.
Por otro lado, y ya apartándome del Grupo Clarín, ayer esuché una entrevista radial que le hicieron Matías Martin y Fabián Schulz a Jorge Lanata. De los primeros dos no esperaba mucho. Es más, hay veces que me resigno escuchando cómo es que piensan personas como Schulz. Pero esta vez tuve que resignarme también cuando escuché a Lanata, de quién realmente esperaba un poquito más, si bien era bastante factible que no coincidiera en nada con él. La entrevista tocó muchos puntos, pero básicamente todos estaban relacionados con el reciente lanzamiento de diario Crítica de Buenos Aires. Lo que verdaderamente llamó mi atención fue que Lanata apoyara a gobiernos como el de Evo Morales en Bolivia, el de Rafael Correa en Ecuador y, menos fervientemente, el de Huguito Chávez en Venezuela. ¡Eso es lo que me resignó cuando lo escuche a Lanata! Creo que, por donde se los mire, tales gobiernos no pueden ser apoyados por alguien medianamente pensante (ojo, no quiero herir susceptibilidades ni tampoco parecer extremadamente cerrado; simplemente me indigna ver cómo hay gente que promueve pensamientos que ya sabemos que no tienen resultados en la práctica).
Bueno, ¿a qué viene todo esto que dije más arriba? Digamos que todas las personas que mencioné tienen bastante poder, en el sentido de que pueden transmitir sus ideas masivamente. Ahora, ¿es esto bueno para nuestro país? ¿es bueno que hablen personas como Bonelli, Sylvestre y Lanata? Por supuesto que no estoy a favor de la censura, pero creo que ellos llegan bastante el público (los dos primeros mucho más que el tercero), y quienes no tienen la instrucción suficiente (tal vez quienes la tienen también) "compran" su información, sus "opiniones", etc., y lo que sería peor, la podrían hacerlas suyas también (un claro ejemplo es que el libro de Marcelo Bonelli haya sido best- seller). Con lo cual habriamos llegado a un panorama realmente oscuro. La pregunta final es: ¿ya llegamos a ese punto?

1 comentario:

Ericus Leoruber dijo...

No, A Dos Voces no es la cara más visible del Grupo Clarín, es un programa que está en un canal de cable que, como tal, tiene un rating necesariamente bajo. Cualquier periodista de Canal 13 es más visible. Petinatto es más visible.
El Diccionario Panhispánico reconoce la aspiración de las eses finales, pero no la elisión del encabezador "de" en el complemento indirecto del verbo "darse cuenta".
Siguiendo con el tema tan importante de "hablar (y escribir) bien", el DRAE acepta solamente dos usos transitivos del verbo "resignar":
resignar.

(Del lat. resignāre, entregar, devolver).


1. tr. Renunciar un beneficio eclesiástico o hacer dimisión de él a favor de una persona determinada.

2. tr. Dicho de una autoridad: Entregar el mando a otra en determinadas circunstancias.

Salvo que seas un beneficio, mando u honor, no veo como algo o alguien pueda resignarte.
Y sí, sos demasiado cerrado, tu condena a Morales y a Correa es puramente por prejuicio ideológico (sobre todo la segunda, porque dudo que tengas en mano resúmenes de decretos o proyectos de ley presentados por Correa).